Un blog para presentaros mi primera novela y compartir mis opiniones, experiencias e inquietudes con vosotros. Amanece sobre Londres relata dos historias paralelas en el tiempo, una en el siglo IV y otra en la actualidad contra un mismo enemigo: Luzbel. El destino de sus personajes se decidirá antes de la salida del sol, tras una frenética carrera a través de las calles de la capital británica.

 

martes, 5 de agosto de 2014

El Valle del Silencio



Peñalba de Santiago. Sito en plena Tebaida berciana, este enclave mágico enciende la mecha de la trama en la actualidad. A pesar de encontrarse a poco más de veinte kilómetros de la capital de la comarca, Ponferrada, puede llevar casi una hora llegar al lugar en coche. Esto da a entender su inaccesibilidad ya no solo hoy, sino imaginaros varios siglos atrás. Aun así el valle está salpicado de iglesias y monasterios engullidos por un majestuoso paisaje. No en vano a la zona se le denomina coloquialmente como la Tebaida, en relación a Egipto precisamente por esa proliferación de templos y haber sido un lugar de recogimiento espiritual.

No recuerdo cuando fui por primera vez. Sé que fue a edad temprana cuando me llevaron mis padres, a los que les debo esa inquietud por visitar lugares de interés en la comarca. Lo que sí recuerdo son las sensaciones que me produjo el lugar desde un principio y que me obligan a volver una y otra vez. Lo he recorrido andando, en bicicleta, en coche o moto, en solitario o con amigos y la sensación de dependencia que me genera el valle aumenta con cada visita. Lo primero que te sobrecoge es el silencio. Silencio que da nombre al valle y es testigo invisible del paso del tiempo y las gentes que lo habitaron. Acostumbrados al mundanal ajetreo de las urbes, nuestro cerebro ha conseguido silenciar el ruido de fondo que atormenta día tras día nuestros tímpanos, ocasionando que cuando el verdadero silencio se presenta, este pase desapercibido.

Cuenta la leyenda que San Genadio, retirado en este valle para meditar, se quejó al altísimo de que de no ser por el rumor del río, el lugar estaría sumido en el más profundo de los silencios. Es por eso que sus palabras fueron escuchadas y debido a su devoción, el arroyo se ocultó bajo la tierra.


La época ideal para visitarlo es a finales de otoño antes de las primeras nevadas que complican sobremanera la carretera. Se asciende vertiginosamente desde San Esteban de Valdueza y por el trayecto podremos disfrutar de un paisaje sin igual. Una vez llegados a nuestro destino final recomiendo este ejercicio. Sube al campanario de la iglesia y no articules palabra. El silencio es tan embriagador que a veces puede resultar claustrofóbico, acostumbrados como decía nuestros sentidos a ese rumor constante de fondo. Por eso esta zona fue elegida por los ascetas desde el siglo IV para llevar a cabo sus meditaciones y por ello me pareció el lugar adecuado para iniciar una trama de ficción religiosa. Si alguna vez pasáis por Ponferrada, recordad este artículo y no dudéis en dedicar unas horas a visitar un maravilloso pueblo encantado anclado en el pasado.

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