Iglesia de Santiago de Peñalba |
¿Qué tienen que ver lugares tan dispares como la comarca de
El Bierzo, Londres, la actual Argelia o la Capadocia? La respuesta es fácil.
Son los emplazamientos donde se desarrolla la trama de Amanece sobre Londres,
eso sí, en dos líneas de tiempo. Una en los principios del cristianismo en el
siglo IV y otra en la época actual. Todas con un denominador común: Luzbel, el
rey de las tinieblas.
La historia se caracteriza por un estilo narrativo carente
de capítulos y con continuos saltos temporales en la trama, a la vez que se
describen antiguas costumbres y enclaves mágicos de la tierra a la que amo y
donde tuve el privilegio de nacer. Bien es cierto también que mantengo con ella
una relación amor-odio y que cuanto más me quiero acercar, parece que las
Moiras más se afanan en alejarme de ella.
Es curioso cómo nos esforzamos por conocer nuevos lugares. Colgar
una foto de cualquier destino exótico en el Facebook es cool, y es divertido ver esa especie de
competición entre los diferentes usuarios por coleccionar lugares a modo de modernas postales digitales. La cuestión es que
en muchas ocasiones dejamos de lado lo que tenemos a la puerta de casa. Por
poner un ejemplo, durante los aproximadamente ocho años que viví en León, no se
me pasó por la cabeza visitar San Isidoro. Inexcusable. Por otro lado,
considero que ese error nunca lo cometí con El Bierzo. No hay mayor placer para
mí que coger mi moto y descubrir nuevas zonas de mi particular patio de recreo
cuál Sir Richard F. Burton en búsqueda de lugares inexplorados. Si a eso le
sumamos otra gran afición como puede ser la lectura, pues el resultado de la
ecuación es previsible… una idea.
Durante la lectura de libros como El Código Da Vinci de Dan
Brown, La Esperada de Kathleen McGowan, El último Catón o Iacobus de Matilde
Asensi entre otros, mi conocimiento sobre la historia y tradición de El Bierzo
me permitió encontrar diferentes analogías. Sin ser este saber vasto y ni mucho
menos ser un erudito en el tema, no podía evitar que de vez en cuando se me
pusieran los pelos de punta cuando un pensamiento me asaltaba constantemente durante
la lectura: ¡Pero si esto es igual que en casa!
Considero que ese fue el germen por el que años después
busqué el modo de transmitir parte de la cultura de mi tierra en forma de
novela. Desafío que implicó buscar la forma de transmitir una historia
religiosa y fantástica sin caer en tópicos ya ampliamente extendidos por otras
novelas de éxito, como podrían ser las anteriormente mencionadas. Si lo he
conseguido o no, es una valoración que tendrán que hacer ustedes.
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