Un blog para presentaros mi primera novela y compartir mis opiniones, experiencias e inquietudes con vosotros. Amanece sobre Londres relata dos historias paralelas en el tiempo, una en el siglo IV y otra en la actualidad contra un mismo enemigo: Luzbel. El destino de sus personajes se decidirá antes de la salida del sol, tras una frenética carrera a través de las calles de la capital británica.

 

lunes, 15 de septiembre de 2014

Chartres (2ª parte)


Cuando pensamos en un laberinto a casi todos nos viene a la cabeza el pasatiempo de verano de una publicación cualquiera. ¿Pero qué ocurriría si te toparas con uno en un templo religioso? La verdad es que hoy en día no es habitual pensar en tal cosa, pero existe una catedral al norte de Francia que no solo alberga uno, sino que este es de varios metros de diámetro.  Y si su centro albergaba una placa con la representación del combate entre Teseo y el Minotauro, nos podemos ir haciendo a la idea de que ese lugar es muy especial.
Estoy hablando de la Catedral de Chartres. Como indicaba en el artículo anterior, a pesar de que el laberinto se encuentra semioculto entre un mar de sillas de madera que no permiten contemplarlo en todo su esplendor, rápidamente la duda nos asalta y nos hace preguntarnos qué demonios pinta eso ahí.
La respuesta es complicada y simple a la vez, pero estas están a la vista del más profano en la materia, desperdigadas por la catedral para aquel que observe con atención y sea capaz de atar todos los cabos. No voy a entrar en detalles, para eso tendréis que leer la novela, pero os haré un pequeño esbozo de la situación para poneros en antecedentes. Resulta paradójico que aquellos que dieron muerte a Jesús, fueran a la postre los culpables de la expansión en Occidente de la religión que predicaba. Para conseguir un mayor éxito en su tarea decidieron incorporar a las nuevas costumbres antiguas tradiciones cristianas. Es por eso que muchos templos cristianos se edificaron posteriormente sobre antiguos lugares sagrados para otros credos. Este también es el caso de la Catedral de Chartres, edificada en territorio sagrado celta.

Los laberintos se remontan a épocas muy tempranas en la historia de la humanidad. Este tipo de laberintos tienen un inicio y un final, con un único camino que los une, sin posibilidad de perderse. Son laberintos utilizados para la meditación. El camino a recorrer hasta el centro sirve para desligarnos del mundo material y prepararnos para entrar en el espiritual. En ese círculo central es donde se llevaba a cabo la meditación y una vez finalizada, se inicia el camino de vuelta hacia el exterior con un espíritu renovado. Al igual que Teseo, que entra temeroso en el laberinto para afrontar sus miedos y sale finalmente victorioso. La lucha con el Minotauro es una metáfora que representa esa batalla interior que todos llevamos dentro, es precisamente el laberinto el que nos ayuda a afrontar nuestros miedos.

En definitiva, el laberinto nos ayuda a crecer espiritualmente. Quizás, al igual que en las leyendas griegas, la resurrección de Jesucristo podría ser una metáfora de una resurrección espiritual que nos eleve a un estadio superior de conciencia. Si es así, entiendo por qué el laberinto de Chartres está completamente cubierto por sillas…

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