Un blog para presentaros mi primera novela y compartir mis opiniones, experiencias e inquietudes con vosotros. Amanece sobre Londres relata dos historias paralelas en el tiempo, una en el siglo IV y otra en la actualidad contra un mismo enemigo: Luzbel. El destino de sus personajes se decidirá antes de la salida del sol, tras una frenética carrera a través de las calles de la capital británica.

 

domingo, 26 de octubre de 2014

Otoño en El Bierzo


Es mi estación predilecta del año en la comarca. Después de los calores del verano, uno ya casi desea que esa marea de tonos marrones inunde los campos, signo de que las temperaturas por fin se han suavizado.
Esta época viene precedida en El Bierzo por la festividad de su patrona: La Virgen de la Encina. Si uno se sumerge en su historia se percatará que hasta hace unos cuantos años, se celebraba coincidiendo con el equinoccio de otoño. Sin duda un rasgo que delata cierta herencia pagana en las fiestas religiosas actuales. En la actualidad su celebración se ha adelantado al 8 de septiembre, que aun siendo verano, ya obliga a tirar de chaqueta por las noches.
El Bierzo es un lugar de contrastes y sensaciones. Es precisamente en otoño cuando uno se puede dejar embriagar por sus olores y sabores. Para sus habitantes, marca el comienzo de un incesante trajín por los campos y montes. No hay mayor placer para los sentidos como dar un paseo por los numerosos pueblos con encanto que embellecen la comarca, como pueden ser Molinaseca o Cacabelos, y toparse de lleno con el cautivador olor dulzón de los pimientos asados. Desafortunadamente, cada vez quedan menos pimenteras en El Bierzo. Supongo que será el precio a pagar por el progreso. Pero no nos vamos a poner agoreros. También podemos dar un paseo por el monte y ver los viñedos salpicados por numerosas personas afanándose en recoger ese fruto que dará lugar al oro líquido tan apreciado por estas tierras.  Aunque en honor a la verdad, la calidad de la uva Mencía y las especiales características del clima por estos lares, están provocando que los caldos del Bierzo cada vez adquieran un prestigio mayor sobre todo en el extranjero; donde se han dado cuenta que hay un mundo por descubrir más allá de los Rioja y los Rivera.
Como suele ocurrir en este país, amantes de férreas costumbres y encarcelados en nuestros hábitos, tienen que ser los éxitos alcanzados en lugares como Estados Unidos de América o Alemania los que nos hagan apreciar nuestros tesoros.  Como es obvio, esto no sería posible sin el buen hacer de bodegas como Castro Ventosa, Estefanía, Peique o mi último descubrimiento personal, bodegas Merayo; capaces de aunar tradición y modernidad para crear caldos como Las Tres Filas, que bajo mi humilde punto de vista, es el mejor vino que he probado en los últimos meses. Si a esto unimos que sus viñedos están ubicados en los aledaños del llamado Camino de la Virgen en Villafranca del Bierzo, muy cerca de donde transcurre la acción de Amanece sobre Londres, pues… en este caso… tinto y en botella.
Pero no, no termina aquí este recorrido otoñal por mi tierra. En una próxima entrada os hablaré de una de las tradiciones más arraigadas en la zona. El magosto.

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